PROYECTO PICO MENOR (17/09/22 y 18/09/22)
Por: J.M. Rivero
El día 17 comenzó la colocación de redes sobre la 7:00 a.m, en los sitios que normalmente suelo colocarlas para estas jornadas. El día amaneció con buena visibilidad, poco o casi nula la intensidad del viento y la temperatura tampoco era muy elevada, hasta media mañana no llegamos a escuchar el canto de un pico menor (Dendrocopos minor) cerca de las redes, teníamos algo de fe de que tendríamos alguna captura, pero no fue así, terminamos la jornada sobre las 13:00 horas y no hubo suerte. el día prometía, ya colocando las redes, se escuchaba el canto de pico menor muy cerca. Fue una jornada escasa en capturas, pero con mucha calidad, se capturaron 28 individuos, de las cuales una de las capturas más interesante en la zona fue una curruca zarzera (Sylvia communis). En esta salida me acompañó mi gran amigo Javier Ávila.
El día 18 intenté, en otra zona donde suele estar el pico menor (Dendrocopos minor), tener algo más de suerte que el día anterior, pero las predicciones por la mañana no eran nada buenas, el viento que no hizo la mañana anterior, lo tenía hoy, pero aún así, coloqué las redes sobre las 7:00 a sabiendo que el viento no iba a amainar. No tuve suerte tampoco este día, aunque fue escuchado por la zona y además varias veces, las redes eran demasiadas visibles por culpa del viento, hacían demasiada bolsa. Las capturas e igual que el día anterior fueron escasas, sólo unos 18 individuos y una recuperación. Si hay que destacar algo de esta jornada es que se capturaron varias currucas mosquiteras (Sylvia borin), además con mucha grasa, alguna llegó hasta 7 y un torcecuello. Al presentir que la captura del pico no se iba a pronunciar hoy, a las 12:00 recogí el material y di como finalizada la jornada.
ANILLANDO EN LAS HIGUERAS (11/09/2022)
Por: José María Romero
Empezamos la jornada aun de noche y se nos hizo de día colocando las últimas redes de las 9 que colocamos, al ver con la luz del día como estaban las higueras nos dimos cuenta lo que ha hecho la ola de calor ha dejado las higueras maltrechas, resecas muy pocas hojas lo higos en él suelo pequeños, la cosecha ha sido un desastres aun siendo de regadío, la ola de calor a sido mucha ola de calor para todo.
La jornada se nos dio bien dentro de lo que cabe se capturaron 91 aves de 23 especies de las que solo una fue una recuperación, precisamente de la especie mas capturada que asido la Curruca mosquitera que junto con el Mosquitero musical que a sido la segunda mas capturas son la dos especies de paso.
ANILLANDO EN BERROCAL (15/08/22)
Por: José Alcaide
En todo el medio del mes de agosto, aprovechando el color rojo del almanaque, fuimos a probar suerte y desplegar un par de redes a un emplazamiento nuevo, en el entorno de Berrocal: una pequeña ribera en la que unas semanas antes, habíamos localizado a una colonia en plena actividad.
Esa mañana, mejor dicho, esa noche, nos levantamos nerviosos, pero esperanzados, confiados. ¡Íbamos a “bimbar” seguro! ¡Nada podía fallar!
¿Nuestra “especie-diana”?: El avión roquero (Ptyonoprogne rupestris).
PROYECTO PICO MENOR (22/08/22)
Por: José Manuel Rivero
Se comenzó la colocación de redes sobre la 7:00 a.m., en los sitios que normalmente suelo colocarlas para estas jornadas.
El día amaneció con buena visibilidad, poco o casi nula la intensidad del viento y la temperatura tampoco era muy elevada para las fechas, el día prometía, ya colocando las redes, se escuchaba el canto de pico menor muy cerca, tendría su dormidero no muy lejos de allí. Pero sólo fueron promesas e ilusiones, ya que al final no pudo ser, sobre las 10:00 a.m. empezó a levantarse el viento y tuve que desmontar las redes para la captura de esta especie, se formaban demasiada bolsa en las redes y estaban muy visibles.
Fue una jornada escasa en capturas, pero con mucha calidad, se capturaron a mí sorpresa seis oropéndolas, esto fue lo que me alegró el día. Al final se capturaron 27 individuos para anillar y 5 recuperaciones.
ANILLAMIENTO DE FLAMENCOS EN FUENTE DE PIEDRA 2022
La noche corre el sayo en Fuente de Piedra. Ajenos a la verbena que se vive en el pueblo, en la guardería de flamencos se mama en calostros de artemias salinas con bulliciosa algazara. Poco saben, y parece no importarles, que la fiesta sea por y para ellos.
En la madrugada el ejército de sombras se alarga sobre las plateadas tablas, escurriéndose como una mancha de aceite. Una santa compaña que deambula en sórdido silencio, midiendo los fatigados pasos, cerrando el cerco sobre los inocentes Phoenicopteros que siguen entregados a lo suyo.
Al paso de la troupe, los almajos se aliñan con una pasta de lodo y sal. Una ensalada marina cuyo aroma alimentará el recuerdo permanente. La laguna se va transformando en un viejo alambique en el que se destilan la pegajosa humedad del relente, el sudor agrio del esfuerzo y el sabor metálico del nerviosismo.
La noche se va rasgando como se deshilachan unas medias de encaje, más sugerentes por lo que esconden que por lo dejan ver. Opacas figuras se vislumbran en la distancia, apelotonadas entre los derruidos castilletes de arena. Han cambiado el zapateo flamenco por un reggaeton nervioso; algo se están oliendo.
La cadena humana que se deslizaba como una escolopendra aprieta el paso. Los responsables mandan ordenes; voces roncas que rompen en la marisma como el engranaje de una carraca. Se ajustan las distancias, se apremia a las bolsas rezagadas, se cierra el cerco.
Los flamencos adultos levantan el vuelo. Enriquecen la luz del amanecer con los coloridos destellos de sus alas, impregnan el aire de difusas partículas saladas, dividen el alba en trazos de pincel cálido. Todos se paran a contemplar la paleta del artista.
Como los que guardan pavos, las cañas van dirigiendo al grupo de flamencos. La guardería se muestra indecisa, dubitativa, pero dejándose pastorear por las extrañas formas que han sembrado la marisma. El círculo se cierra, los bateadores se apartan, los pollos de flamencos aguardan ya en el redil.
Cuatrocientos voluntarios, entre los que se encontraban dos anilladores del Grupo Ornitológico del Sur, hemos participado en esta sesión de marcaje, toma de datos y muestras de pollos de flamenco. En un trabajo concienzudo, metódico, depurado durante años para minimizar las posibles molestias a la población nidificante de flamenco de Fuente de Piedra así como para la obtención de datos de calidad. El objetivo principal de las acciones realizadas es tendente al conocimiento de aspectos biológicos de la especie que contribuyan a su conservación y a la conservación de los espacios naturales que ocupan.
De los tres mil setecientos pollos (3.700) estimados en la colonia de cría, seiscientos (600) fueron marcados por los seis grupos de trabajo. En una cadena perfectamente jerarquizada, los pollos pasan del redil a los diferentes equipos, son anillados (metal y PVC alfanumérico), medidos (ala, pico, tarso), pesados, extraídas muestras de sangre para determinar aspectos biológicos y sanitarios de la especie y, finalmente, puestos en libertad.
El marcaje de flamencos en la Laguna de Fuente de Piedra en el que a través de una herramienta —como lo es el anillamiento científico—, el trabajo altruista —como es el de los cientos de voluntarios que han participado en todas las ediciones del programa—, el compromiso de la administración, así como el deseo y las altas dosis de cariño de la localidad de Fuente de Piedra, ha ido forjándose, sin duda alguna, como un ejemplo de interacción entre los humanos y las aves.
Por muchos años más.